#10 | Un nuevo hogar
Cada día más cerca de dar un hogar a 75 niños; cada vez sintiéndome más en casa.
Los avances en la obra son notorios. Durante las últimas dos semanas, que han parecido meses, hemos seguido trabajando con determinación hacia nuestro objetivo.
¿Cómo va el proyecto a día de hoy?
Como he comentado en anteriores ediciones, desde el primer momento apostamos por construir los dos edificios a la vez. El primero de ellos, que será la casa (dormitorios para niños, niñas, cuidadores y enfermería), de casi 300 m²; y el segundo, que alberga cocina, comedor y almacén, de unos 150 m². En paralelo, también estamos construyendo dos baños (con tres duchas y tres aseos en cada uno), diferenciados para niños y niñas.
Sin embargo, en los últimos días el foco principal de mi actividad lo han ocupado dos temas importantísimos relacionados con la habitabilidad de este complejo: agua y electricidad. Desde un inicio lo tuvimos en cuenta, pero hasta ahora no lo habíamos podido transformar en números y propuestas reales. En la próxima edición, con las decisiones ya tomadas, hablaré en profundidad sobre ello.
Paso a paso
Tras elevar los muros hasta 2,40m de altura, procedimos al armado y hormigonado de la viga de remate. Como siempre, alternamos los trabajos en un edificio con el reposo y secado del hormigón en el otro. De esta manera, con un desfase de tan solo un par de días, hemos podido completar los trabajos con mucha rapidez.
Sobre esta viga, que tiene unos 20cm de espesor, hemos continuado los muros hasta ocho y nueve filas de ladrillos más, respectivamente, alcanzando una altura libre interior superior a los tres metros y medio. Para un edificio con este programa, disponer de una altura libre suficiente es fundamental. Tenemos la tranquilidad de que las literas -tanto de dos como de tres camas- entrarán a la perfección, y que los dormitorios serán cómodos y habitables para tal cantidad de niños.


En paralelo, hemos trabajado en el porche de entrada del edificio principal. Las columnas circulares, para cuyo encofrado se han empleado chapas metálicas, aportan un toque estético distintivo y creo que lucirán bien en el diseño final. Asimismo, las vigas que conectan estos pilares circulares han sido encofradas con forma de arco. “That brings the beauty”, que dicen por aquí. Quedarán bien (ya construimos de esta forma el año pasado en el proyecto de Kelele Africa).




Por otra parte, los trabajos en los baños (si alguna vez digo “letrinas” me estaré refiriendo a lo mismo, incluyendo las cabinas de ducha) han supuesto un visto y no visto. Estos bloques sencillos, de 7x3 metros cada uno, han tenido un trabajo previo de excavación duro e interesante. De ello, precisamente, se han ocupado en ambos casos dos hombres mayores de la zona. Me ha impresionado lo arcaico y original de su método de trabajo, la verdad: pico, pala y una polea hecha con la rueda de una bicicleta.






Precisamente sobre tecnología, innovación y creatividad impartí, hace unos meses, una conferencia para el COAM en Madrid, cuando me invitaron para aportar mi visión sobre la modernización del diseño y la arquitectura.
¡Qué interesante es conocer otros métodos de trabajo en este mundo cada vez más tecnológico y digital! Sin duda, África es un gran ejemplo de ello.
*Si te interesa esta conferencia, házmelo saber y te la envío en respuesta a tu email.
La casa por el tejado
Pese a que los mayores esfuerzos de nuestro trabajo se han centrado en la fase de cimentación (una construcción sólida y duradera está marcada enormemente por sus cimientos), la emoción que he sentido al ver los primeros esbozos de la cubierta ha sido reseñable. “Now it looks like a home”, compartíamos entre los clientes, el constructor y yo frente a ambos edificios.
*El mismo día de esta foto grabé un reel que te puede ayudar a entender mejor este edificio. Lo tienes aquí.
Pese a que los materiales son sencillos (resulta imprescindible adaptarse a la disponibilidad de materiales y procesos constructivos de la zona), estamos tratando de construir un hogar cómodo, acogedor y de calidad. No penséis en los estándares europeos, pues aquí casi nada es comparable a las ideas que tenemos predeterminadas -ni en construcción, ni en casi ningún aspecto de la vida-; los modos de vida locales son muy diferentes a los nuestros.
Los clientes querían una cubierta de color oscuro. Por supuesto, mi primer impulso fue negarme a ello (sol + chapa = calor). Pero estaban realmente obstinados con esa decisión, convencidos de que era la opción que más les gustaba. En compensación, estamos construyendo un falso techo de cemento, y es cierto que el espacio entre esa capa aislante y la propia chapa es significativo.
Tengo mis dudas a nivel técnico (comportamiento térmico), pero soy consciente de que es algo que me preocupa más a mí que a ellos. Así que estoy aprendiendo a dejarme llevar por la cultura y las costumbres locales.
¡Hay batallas que es mejor no pelear!
El dilema 2.0
He podido verificar la historia de Reagan, el chico de 14 años. Es huérfano (vive con su hermana y otros cuantos niños bajo el amparo de una mujer que los cuida como puede) y, efectivamente, no dispone de medios para pagar la escuela secundaria. Hasta ahora, una profesora de cello alemana había ayudado a financiar sus estudios, pero desde hace un tiempo no tiene cómo afrontar los pagos.
Varios suscriptores de esta newsletter me habéis preguntado por esta situación (mil gracias), y la realidad es que soy cauto y estoy a la espera de conocer los detalles pormenorizados de su situación. Para ello, he entablado contacto con su actual profesor de cello, quien se ha comprometido a facilitarme toda la documentación para poder ser transparente y buscar la financiación necesaria. Daré más detalles en cuanto los tenga, gracias de verdad por querer ayudarme con esta situación. El chico realmente quiere estudiar.
Última reflexión
Leía el otro día en Twitter a Carla -que tiene una newsletter preciosa, por cierto- hablar, o más bien preguntar, sobre el significado que tiene para nosotros la palabra casa. Y sobre ello he pensado mucho durante estos días, incluso durante la redacción de esta edición.
Para mí, casa es allá donde me siento yo mismo, donde soy dueño de mi libertad. Es propósito, motivación, alegría. Son las ganas de comerme el mundo al despertar, la energía desbordante de quien sabe que puede tener un impacto -por pequeño que sea- en el mundo, en su mundo. Es sentir la compañía de mis seres queridos pese a la distancia, la experiencia de crecer internamente con cada duda e indecisión. Explorar nuevos caminos hacia un futuro maravillosamente incierto.
Pese a los momentos de dificultad, cada vez estar aquí se siente más como casa. Y eso, evidentemente, es algo que me llena de felicidad.
Gracias por leerme una vez más. ¡Hasta la próxima!