#14 | Hacia el futuro
El transcurso del tiempo parece acelerarse y el fin de la obra se acerca.
Escribo estas líneas en plena vorágine de sucesos y sentimientos.
Durante las últimas semanas, todo parece precipitarse con velocidad. Bosco se marchó el jueves y me he quedado huérfano al frente de las obras, aunque ya no quedan más que algunos detalles por pulir. ¡Parece mentira!
La llegada de la última partida presupuestaria me ha convertido en un arduo negociador. Cada euro cuenta, y aunque eso genera mucho estrés, no concibo mi trabajo sin que así sea. La tenacidad a la hora de llegar a acuerdos, haber aprendido a presionar y no dejarme engañar hace milagros. Milagros que, pese a no parecer más que meras anécdotas, han hecho posible alcanzar unas cotas inimaginables meses atrás.
Y es que cuando Silvia me propuso dirigir las obras de una casa-orfanato, no podía imaginar todo lo que vendría a continuación: dos edificios en lugar de uno -además de los baños-, la instalación completa del suministro eléctrico y agua (pozo incluido), la compra y equipamiento de 72 camas, un campo de fútbol… En definitiva, una construcción que cada vez se ha ido pareciendo más a un hogar.
Un proyecto ideado y financiado de cara al futuro.
A quienes nos apasiona escribir, aquello de vale más una imagen que mil palabras nos duele en el fondo de nuestro ser. No obstante, creo que los avances de las últimas semanas bien lo merecen:




No obstante, la complejidad de proyectos como este no reside únicamente en el proceso de construcción, sino que viene determinada por todo aquello que no aparece en las fotografías. Os cuento un poco sobre ello.
Electricidad
El proyecto se encuentra entre Masaka y el lago Nabugabo, junto a Bukakata Rd. En Uganda, como en la inmensa mayoría de países africanos, el suministro eléctrico es inestable. Este aislamiento respecto a la ciudad es positivo en algunos aspectos (calidad de aire, entorno natural, menor tráfico), pero dificulta la llegada de la electricidad. Frente a esta realidad, planteamos dos opciones: hacer uso del suministro general o generar electricidad de forma independiente. Tras valorar con expertos que la conexión a la red general podría ser insuficiente, optamos por la segunda opción.
¿Transformador eléctrico o energía solar? Los presupuestos eran similares -solar un poco más económico-, pero aquí las placas se estropeana continuamente y nos dio miedo dejarles un problema en vez de una solución. Así que optamos por instalar un transformador y garantizar un mejor suministro.




Agua
Tal y como expliqué en la edición anterior, con el ahorro de algunas partidas correspondientes a los edificios principales fuimos capaces de abordar la construcción de un pozo. Lo que no imaginé era que los depósitos de agua necesitarían una infraestructura tan prominente y costosa.
Ante esta tesitura, hemos aprovechado ese espacio como sala de control para activar el sistema de bombeo y resguardar el purificador de agua. Este depósito de 750l de capacidad permitirá potabilizar 5.000l de agua al día, que estará disponible desde el interior de la cocina. Beber agua potable no es común en esta zona, lo cual le da mucho valor a esta inversión de 1.250 euros. El futuro pinta mucho mejor así.




Por último, la llegada de las camas y colchones presagia la proximidad del final. Con ellas, el eco ha desaparecido del interior de las habitaciones y, pese a la ausencia de los más de 30 niños y niñas que conforman el proyecto en la actualidad, el edificio ha cobrado vida.
Tras la odisea que ha supuesto encajar estos elementos en precio y plazos, la imagen de las camas y colchones entrando a la parcela sobre el camión nos ha emocionado enormemente. Sin duda, todo esfuerzo tiene su recompensa: para Silvia es que los niños tengan una cama y un techo donde disfrutar de una infancia mejor; para mí, ser capaz de hacer su sueño realidad.


Ya queda poco para el final de este proyecto, pero Arquitecto en Uganda no ha hecho más que empezar. Por lo pronto, en octubre me han invitado a impartir una ponencia en el COAM (Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid) y mantengo la esperanza de que este haya sido el primer proyecto de muchos.
Gracias por acompañarme un día más.
Rafa.
Qué bonito verlo así, Rafa! Gracias por compartir tu visión!