#41 | Presente y futuro
Retomo la newsletter tras un mes frenético de obra. Todo ha salido bien ✨
Hace dos meses y tres semanas llegué a Uganda cargado de ilusión. Las primeras dos semanas fueron de las mejores de mi vida: por fin abría de par en par las puertas de mi mundo a tres arquitectas con enorme vocación social e insaciables ganas de aprender. A través de sus ojos pude revivir el África del que, sin ser consciente de ello, me enamoré tiempo atrás. Una experiencia que espero repetir pronto y que anunciaré en futuras ediciones.
Si aún no tienes planes para julio, ¡atento/a! 📢
Ayer entregué a Patricia las llaves de su nuevo proyecto, que servirá de hogar para más de cuarenta niños y niñas, mientras se prosigue con la construcción del orfanato que Yamba está financiando. Sin apenas amueblar y a la espera de suministro de agua, los peques transformaron mi obra en su casa durante un par de noches esta semana. Verlos corretear por los espacios que en noviembre solo existían en mi libreta me hizo sentir tremendamente realizado y feliz.
Parte de esa felicidad radica en el hecho de que este haya sido el primer proyecto de mi vida que he podido diseñar y ejecutar, de principio a fin. Hasta ahora, todos mis proyectos en Uganda habían sido diseñados con anterioridad. Sin embargo, esta vez siento el orgullo de que mis primeros esbozos se hayan hecho realidad.
Tras un año lleno de aprendizajes y desilusiones, necesitaba un proyecto así. Y es que de este trabajo salgo reforzado, con la idea de que podré ayudar a otras muchas organizaciones a seguir creciendo a través de la construcción y de una gestión honesta de los recursos. A fin de cuentas, ¿qué es, si no, la cooperación?








Hasta mis clientes se han quedado sorprendidos con la calidad de este proyecto. Pero la realidad es que una buena gestión de los recursos y disponer de un equipo trabajador, profesional y comprometido hace milagros.
Además, en paralelo al desarrollo de esta obra, he podido diseñar junto con Alex, Laura y Yi una nueva propuesta para el orfanato, cuya construcción reanudaremos en cuanto sea posible. Aunque todavía estamos trabajando en nuevas versiones, tanto de diseño como de presupuestos, Yamba ya se ha puesto manos a la obra para recaudar.
Si algo me hace especialmente feliz de este proyecto es ver a decenas de niños disfrutando en su interior. Y es que siempre he dicho que los ladrillos vacíos no sirven para nada; lo realmente importante es el uso que los proyectos hacen de sus edificios.
En definitiva, confío en que Yamba mejore la calidad de vida de sus niños a través de estas paredes, y que entre todos sigamos apilando ladrillos cargados de significado hacia un mundo mejor para las próximas generaciones. Ese es mi propósito y por eso sigo aquí, trabajando meses y meses lejos de mi casa, aunque Uganda cada día se parezca más a un hogar.
La semana que viene viajaré a Kenia durante una semana por vacaciones. Me hace mucha ilusión regresar al país donde mi aventura africana comenzó.
El día 10 de abril, si todo va bien, estaré de vuelta en España. Y para junio, según nuestros cálculos, presentaremos mi primer documental. La culpable de hacer este sueño realidad, ni más ni menos, Lara Capeáns 🎥
¡Nos leemos en la próxima!
Rafa