Ha transcurrido un mes y medio desde mi última edición. Durante este tiempo han sido muchos los vaivenes profesionales y emocionales que he sufrido, pero creo que la espera ha merecido finalmente la pena.
A mi regreso de Uganda a mediados de agosto, permanecí involucrado e intermitentemente presente en el proyecto de Kukura. Desde casa supervisé los trabajos relativos a la construcción de un gallinero (proyecto que la asociación ha dejado construido y pondrá en funcionamiento para ayudar a la comunidad a prosperar económicamente en el camino hacia la autosuficiencia) y recaudé más de 1.500€ para la construcción de un pozo.
Por esas fechas se cumplía un año desde nuestra primera toma de contacto, allá por julio de 2023, época en la que el orfanato de bebés se encontraba a medio construir y en la que yo venía de completar con éxito mi anterior proyecto para la Fundación Masaka Kids Africana. Cuando miro atrás pienso que los planetas se alinearon, ya sabes, eso de estar en el lugar exacto en el momento exacto. Poco tiempo después comenzamos a trabajar juntos y, desde entonces, mi relación con Kukura no hizo más que crecer, hasta el punto de que en septiembre acordamos un nuevo proyecto para enero de 2025.
Con el acuerdo de ese nuevo proyecto bajo el brazo, lancé mi primer taller de arquitectura y cooperación a través de una lista reducida de arquitectos/as que habían mostrado interés a lo largo del último año.
El éxito fue total: ¡vendí las tres plazas en tan solo cuatro días!
Lo que no imaginaba en aquel momento es que el proyecto pudiera tambalearse y, con ello, la viabilidad del taller. Sin embargo, las cosas no siempre salen como queremos. Hace dos semanas, el proyecto de Kukura se canceló.
De todos los escenarios que había visualizado para mi futuro más próximo, aquel no suponía siquiera una posibilidad, lo que hizo temblar los cimientos de mi trabajo. ¿Me había equivocado al apostar tan firmemente por un único proyecto? ¿Era viable un modelo de negocio que no dependiese lo suficiente de mí? ¿Estaría a tiempo de encontrar una solución?
Tras el luto de los primeros días, en los que sentía que acababa de perder más de medio año de trabajo, entendí que en lugar de lamentarme debía enfocarme en buscar una solución.
No sé si fueron los planetas alineándose de nuevo o que simplemente toqué las teclas adecuadas, pero la realidad es que he sido capaz de cerrar un nuevo proyecto en 48 horas. Para la misma fecha. Haciendo viable la puesta en marcha del taller. No puedo transmitir con palabras la emoción que sentí al conseguirlo. Quise llorar, aunque no fui capaz. Había mucho que celebrar, y más trabajo que nunca por delante.
Este nuevo proyecto, con el que tengo la sensación de que regreso al futuro, lo llevaré a cabo de la mano de la Asociación Yamba, una organización que también interviene en comunidades cercanas a la localidad de Fort Portal y que tiene bajo su tutela a cincuenta niños y niñas, a los que garantiza acceso a la escuela y para quienes están construyendo un orfanato, cuya obra se encuentra inacabada.
No obstante, el proyecto que llevaré a cabo en enero de 2025 será la construcción de una casa en la misma parcela del orfanato que servirá a corto plazo como hogar temporal para los más pequeños y una casa para los futuros voluntarios que visiten el proyecto una vez el orfanato esté construido y adecentado. Asimismo, durante los tres meses que durará la construcción les ayudaré a establecer estrategias para abordar la finalización de esa gran obra que a día de hoy permanece a medio hacer.
Seguimos haciendo camino 💪🏽
1ª edición del “Taller de arquitectura y cooperación en Uganda”
Estoy tremendamente ilusionado y feliz de poder hacer realidad una formación con la que siempre soñé. Consistirá en un viaje de 10 días a Uganda en los que los tres integrantes del grupo me acompañarán en la dirección y supervisión de esta obra, descubriendo desde dentro el día a día de la construcción en Uganda y la faceta social de los proyectos con los que he trabajado hasta el momento.
Será un taller muy especial porque combinaremos aprendizajes más técnicos (cómo se construye en Uganda y, por consiguiente, en gran parte de África) con experiencias vitales difíciles de explicar desde la distancia. También visitaremos proyectos de cooperación y entenderemos el papel que los arquitectos podemos tener en su desarrollo, y descubriremos la cultura de este país gracias al contacto directo con diferentes personas y comunidades locales.
Es un sueño, en definitiva, porque me permitirá abrir las puertas de mi mundo por primera vez a gente que de verdad quiere conocerlo, y que ha demostrado tener la actitud que el mundo necesita para convertirse en un lugar mejor. ¡Espero no defraudarles!
Durante este último mes he aprendido mucho más de lo que creía posible. Pero si algo saco en claro es que de todo se aprende, y que cuando una puerta se cierra, otras se abren. Lo importante es tener claro de dónde venimos y hacia dónde vamos. Solo así sabremos que estamos en el camino correcto.
PD1: para este nuevo proyecto necesitaré contar con diferentes colaboradores.
¿Te interesa formar parte o conoces a alguien que pudiera ayudarme? De momento, lo más urgente es contactar con un profesional que me ayude en tareas de delineación.
PD2: 🎙️ También se ha publicado una entrevista que concedí al podcast “De haberlo sabido”, en la que hago un repaso a lo largo de mi trayectoria profesional. Una charla muy amena de una hora de duración, ¡os dejo por aquí el link!
Un fuerte abrazo, gracias por el apoyo.
Rafa
Eres un auténtico crack, Rafa!! Muchísimas gracias por compartir de forma transparente y humana este viaje con nosotros. Me alegro mucho por tu nuevo proyecto y deseando conocer novedades del taller vivencial, Africa nunca defrauda, así que a por todas!!! 🤗
Voy a hacer una Note sobre tu post, porque la verdad, que leyéndote has descrito perfectamente lo que las investigaciones sobre inteligencia emocional dicen que es más eficiciente y saludable hacer cuando, como emprendedor, tienes un traspié.
- Primero: aceptar las emociones 'negativas' de tristeza, decepción, rabia..., las que sean, pero aceptarlas, dejarlas pasar, sentirlas moderadamente. Aprender lo que te quieren decir.
- Segundo: Solo así luego tu mente está ready para ponerse en modo activo, a solucionar problemas y situaciones. Así lo hiciste y así lo conseguiste.
Evitaste tanto suprimir las emociones negativas (internamente) como intentar cambiarlas por positivas, que quizá en el momento sean más cómodas de sentir, pero a largo plazo, literalmente inútiles si no te conducen a ponerte manos a la obra.
Un abrazote enorme y seguimos Rafa!!😊