#35 | Formación en Uganda
Durante mi primer viaje por África seguí mi instinto y nada más. No tenía pretensiones concretas, solo desconectar y descubrir. Conocer, ver, vivir. Todo lo demás, lo que te cuento de tanto en tanto por aquí, llegó sin avisar y se hizo un hueco en mi vida progresivamente.
En mi regreso a Uganda, ya como profesional, descubrí matices nuevos y me di cuenta de lo mucho que me quedaba por ver y aprender de este país. Abracé la situación con calma, amparado por dos de los pilares que sostienen mi vida y mi trabajo: honestidad y valentía. Y así me lancé hacia lo desconocido, a seguir aprendiendo y mejorando mis prestaciones, para intentar que mi impacto en el ámbito social fuese cada vez más potente.
Hace unas semanas te hablé del Taller de Arquitectura y Cooperación que he preparado aprovechando mi próximo trabajo, que tendrá lugar durante los meses de enero, febrero y marzo. Sin embargo, los detalles solo los conocen las tres arquitectas que agotaron rápidamente las plazas disponibles. Aunque creo que es un buen momento para compartir esos detalles contigo también.
¿Será en la siguiente edición cuando te animes? 😉
La verdad es que estoy muy ilusionado con este programa porque además de proporcionar una formación profesional muy valiosa, nos permitirá descubrir Uganda desde dentro. Una Uganda real y sin tapujos, explicada por sus propios habitantes y recorrida con prudencia, respeto, educación y curiosidad.
Además de la dirección de obra, que vertebrará el programa formativo de inicio a fin del taller, nos sumergiremos en otros proyectos sociales en los que he trabajado en el pasado, a fin de poder mostrar a los participantes el impacto positivo que los proyectos en los que trabajemos pueden tener en diversas comunidades y proyectos en desarrollo. La obra marcará el inicio de una construcción, mientras que los proyectos en funcionamiento nos mostrarán su verdadero propósito y utilidad.
-Pero no todo se reduce a obra y visitas a proyectos, ¿verdad?
-¡Pues claro que no!
Venir a Uganda también significa descubrir paisajes impresionantes, conocer fauna salvaje espectacular, recorrer caminos singulares en moto, charlar hasta las tantas frente al fuego, embelesarnos con las estrellas del cielo africano o emocionarnos con los cantes y bailes locales. Todo eso y más, aunque parezca imposible, viviremos del 2 al 13 de enero. ¡Solo queda un mes!
Lo volveré a decir, aunque me repita: tengo muchas ganas de mostrar mi pequeño universo a estas profesionales que, como yo hace unos años, han sentido la llamada de África y que muestran un enorme interés por conocer, visitar y aprender.
Y es que me emociona que dentro de poco estén conociendo en persona a Bosco y toda la cuadrilla, a Mugume, Robert, Bernard, Frank… también a Miguel, Laura o Abbas, que suponen para mí un apoyo fundamental durante los meses lejos de casa. También que conozcan el proyecto de Kelele y lo vivan desde dentro durante todo un día (no es por nada, pero les invitaré a una noche aquí), así como la comunidad de Kimya, que fue y sigue siendo mi casa.
Sin duda, este proyecto me apasiona porque al fin podré dar a conocer una parte fundamental de mi vida a otros compañeros de profesión, circunstancia que me recuerda inevitablemente a la visita de mi familia y clientes para la inauguración del orfanato de Masaka Kids Africana. ¡Qué días tan mágicos!
Y es que hablando de magia, quién sabe si esto no será el comienzo de alguna arquitecta en Uganda… (en otra edición te contaré sobre mis planes de crecimiento sostenible).
Llega a su fin la edición de hoy. Gracias por seguir apoyando mi aventura africana y por ayudarme a llegar cada vez a más gente. Divulgar sobre mi trabajo es una de las bases que alimentan cada día mi ilusión por seguir haciendo camino. Porque compartida, la vida es más.
Hasta la próxima,
Rafa